Para todos los aficionados al vino, la sola mención del Cabernet Sauvignon remite a la realeza vitivinícola internacional. Con su nombre vienen a la mente los legendarios cortes tintos de Burdeos, especialmente de la zona del Médoc, los míticos varietales de Napa Valley, en Estados Unidos, los ejemplares del Maipo chileno y también los de Mendoza, que de a poco se van posicionando entre los más destacados del mundo.
Si bien todos reconocen la importancia de esta variedad, existen 10 datos imprescindibles que hay que conocer para lograr comprender verdaderamente al Cabernet Sauvignon y el por qué de su predominio:
1. Es producto de un entrecruzamiento:
La variedad Cabernet Sauvignon nació de un entrecruzamiento natural de las variedades francesas Cabernet Franc y Sauvignon Blanc, que tuvo lugar en el suroeste de Francia durante el siglo XVII. Este cepaje es originario de Burdeos y allí nacen muchos de sus vinos más prestigiosos.
2. Es la variedad más plantada y consumida del mundo:
Esta cepa es conocida como “la reina de las variedades tintas” no solo por ser la más elegida por los consumidores; sino también por ser la más implantada en los terroirs internacionales. Se trata de una uva muy versátil, que se adapta a todo tipo de climas y suelos en las regiones productoras del Viejo y el Nuevo Mundo.
En el Cabernet Sauvignon, la estructura define gran parte de su identidad. Se trata justamente del cuerpo sólido, la firmeza y los taninos sobre los que se sustenta el vino.
3. Su plasticidad y nobleza:
Por estos dos atributos innegables, el Cabernet Sauvignon se extendió desde Francia hacia todos los terruños en las que otorga vinos de muy buena calidad; desde la Toscana italiana y Napa Valley en California, hasta Luján de Cuyo en Mendoza y el Valle del Maipo en Chile. Hoy, prácticamente en el 100% de los terroirs más relevantes del mundo se cosecha esta variedad. El Cabernet Sauvignon es una cepa muy noble, que logra dar ejemplares memorables en todos los grandes terruños.
4. Una cuestión de estructura:
En el Cabernet Sauvignon, la estructura define gran parte de su identidad. Se trata justamente del cuerpo sólido, la firmeza y los taninos sobre los que se sustenta el vino y esa sensación compacta que imprime en la boca.
5. Es la columna vertebral de los grandes blends:
En muchos de los grandes blends franceses e italianos el Cabernet Sauvignon es la columna vertebral por su estructura, su potencia y su cuerpo que pueden combinarse con otras cepas que lo vuelvan más redondo y aporten sus propios matices. Sin ir más lejos, Paraíso -el vino ícono de Bodega Luigi Bosca- es un corte a base de Cabernet Sauvignon y Malbec.
6. Sobrio, nunca excesivo:
Esta variedad es ante todo sobria, por eso nunca va a ser excesivamente frutal, floral o expresiva. Sus vinos se distinguen por ser elegantes y señoriales, con gran carácter y personalidad.
7. Un gran aliado del roble:
Por su cuerpo y estructura, el Cabernet Sauvignon soporta muy bien la crianza en barricas. El paso por madera le aporta la complejidad y elegancia que también caracteriza a sus grandes vinos.
8. Evoluciona muy bien en botella:
Todos los Cabernet emblemáticos del mundo tienen algo en común: evolucionan muy bien en botella. Con el paso del tiempo, sus vinos se vuelven más sofisticados con la guarda y derivan en ejemplares mucho más únicos y sofisticados.
9. Pirazinas, una clave de su identidad:
Una de las características organolépticas que mejor describen a este vino son las pirazinas. Se trata de un compuesto orgánico aromático que recuerda al pimiento morrón y es parte de sus aromas primarios. Esta es la explicación detrás de su carácter especiado y una de las claves de su carácter tan particular.
10. El singular Cabernet mendocino:
En los terruños mendocinos, el clima seco, la insolación y la gran amplitud térmica le permite alcanzar a las uvas de esta variedad una madurez que otorga tintos con mucha tipicidad, de aromas definidos y sabores profundos.
Además, en los Cabernet de Mendoza -como De Sangre Cabernet Sauvignon- no son tan notorios los taninos verdes y ásperos, muy comunes en aquellos que se elaboran en regiones más frías del planeta, sino que son más bien suaves y agradables en boca.