Conocida como “la reina de las cepas tintas”, la variedad Cabernet Sauvignon es la más implantada y consumida alrededor del mundo. Esta variedad tiene un gran prestigio y reputación internacional, ya que no solo otorga tintos legendarios en el Viejo y el Nuevo Mundo, sino que también es la columna vertebral de los grandes blends de las distintas zonas productoras.
En el marco del Día Internacional del Cabernet Sauvignon, compartimos 10 aspectos curiosos sobre este cepaje:
1. Es producto de un entrecruzamiento: La variedad Cabernet Sauvignon es el resultado de un cruce natural entre las cepas francesas Cabernet Franc y Sauvignon Blanc que ocurrió en la región de Burdeos en algún momento del siglo XVII.
2. Es una variedad de ciclo largo: El Cabernet Sauvignon es la última variedad que se suele cosechar durante la vendimia. En Argentina, sus uvas se suelen recolectar en abril cuando alcanzan su punto óptimo de madurez.
3. Sus aromas remiten a pimiento verde: Una de las características organolépticas más destacadas del Cabernet Sauvignon es que recuerda al pimiento morrón; esto se debe a un compuesto orgánico aromático característico de esta variedad: la pirazina. Esta es la explicación detrás de su carácter especiado y una de las claves de su carácter tan singular. Lejos de ser un defecto, esta nota herbácea y pimentosa es parte de su identidad.
4. Madurez, la clave de sus aromas: A medida que los frutos de Cabernet Sauvignon maduran en la vid, los compuestos aromáticos en las uvas también evolucionan. En las etapas iniciales de madurez, los aromas tienden a ser más herbáceos y verdes; en cambio, si las bayas se sobremaduran los sabores a mermelada de frutas negras y las notas especiadas se vuelven más prominentes.
Si bien en Argentina la carne y el Malbec son inseparables, lo cierto es que muchos sommeliers consideran al Cabernet Sauvignon el vino ideal para las carnes con carácter, como las carnes de caza, con cocciones largas y bien condimentadas.
5. Es el cepaje más afín al roble: Por su cuerpo y estructura, el Cabernet Sauvignon soporta muy bien la crianza en barricas. El paso por madera suaviza los taninos marcados de esta cepa y le aporta la complejidad y elegancia que también caracteriza a sus grandes vinos.
6. Sus vinos están entre los más longevos: Los Cabernet Sauvignon también son reconocidos por su gran capacidad de guarda. Gracias a su alta concentración de taninos y acidez, estos varietales pueden ser añejados durante años e incluso décadas, ya que continúan evolucionando y desarrollando complejidad a lo largo del tiempo.
7. Es el gran acompañante de las carnes con carácter: Si bien en Argentina la carne y el Malbec son inseparables, lo cierto es que muchos sommeliers consideran al Cabernet Sauvignon el vino ideal para las carnes con carácter, como las carnes de caza, con cocciones largas y bien condimentadas.
8. Es pariente del Carménère: Durante mucho tiempo, se creyó que la uva Carménère era una cepa que nada tenía que ver con la familia Cabernet. Sin embargo, en la década de 1990 se descubrió que esta uva francesa que hoy es un emblema de la viticultura chilena era en verdad una variante de la Cabernet Sauvignon erróneamente identificada.
9. Existe una variante blanca: Si bien muchos no lo saben, también existe el Cabernet Blanc. Esta variante es producto del entrecruzamiento entre el Cabernet Sauvignon y una variedad de uva híbrida descubierta en Suiza a finales del siglo XX. En esta mutación natural, las uvas no desarrollan pigmentación y producen vinos blancos.
10. Es una variedad ícono: Algunos de los vinos más famosos y valiosos del mundo son Cabernet Sauvignon, como el Château Margaux, Château Latour y Château Mouton Rothschild de Burdeos; así como el Opus One y el Screaming Eagle de California. Estos vinos son considerados auténticos iconos en la industria vitivinícola mundial.
