En los últimos años, la vitivinicultura argentina experimentó una transformación sustancial alrededor de la figura del enólogo. De analizar muestras dentro de un laboratorio, los enólogos argentinos pasaron a ser personajes clave en todas las bodegas del país. Hoy, estos profesionales recorren la finca, trabajan codo a codo con los agrónomos, viajan a investigar otros terruños, y tienen un contacto directo con los medios de prensa y los consumidores.
En el pasado, los enólogos no intervenían en la elaboración fuera de los límites de la bodega: se limitaban a analizar químicamente muestras de uvas, mostos y vinos sin participar en la poda, la cosecha ni otras decisiones trascendentales que se toman en el viñedo. Hoy en día, en cambio, son los responsables indiscutibles de todo el proceso de elaboración y pasan gran parte del tiempo entre las vides, junto a los agrónomos.
Desde Bodega Luigi Bosca, saludamos en su día a todos los enólogos, mucho más que hacedores de vino.
Por lo tanto, actualmente son los encargados de decidir el momento de cosecha de los frutos en su punto óptimo de madurez con el equipo de agronomía; definir qué trabajos se harán en la bodega durante el proceso de elaboración de los vinos, en qué tipo de vasija se criará y durante cuánto tiempo; hacer los blends y probar incansablemente cada vino hasta encontrar esa idea que vive en su mente desde mucho antes de la vendimia. Pero además, el enólogo es la persona que interpreta el estilo de la bodega y lo traslada a cada ejemplar. Con su sensibilidad, su experiencia y su savoir faire aporta su impronta a los vinos que elabora, siempre respetando la identidad de la casa productora.
Además, hoy los enólogos argentinos viajan a ferias y encuentros alrededor del mundo; atienden a importadores, compradores y periodistas; dirigen catas y son la cara visible de la bodega; en pocas palabras, están ligados a la gestión comercial y al contacto directo con los consumidores. Ahora, su rol como comunicadores también es un aspecto fundamental del trabajo, ya que ayuda a acercar el vino al consumidor de manera orgánica y natural. Los enólogos agregan mucho valor desde el conocimiento íntimo del producto y la intención detrás de cada etiqueta para potenciar así la experiencia del consumidor al momento de beber y entender un vino.
Todos los años, en la Argentina se conmemora el Día del Enólogo el 7 de septiembre, ya que es la fecha en la que Domingo Faustino Sarmiento inauguró la Quinta Normal de San Juan de 1862, posteriormente Escuela Nacional de Fruticultura y Enología. La creación de la Quinta Normal es un verdadero hito en la historia de la viticultura nacional, ya que aportó los primeros técnicos argentinos formados profesionalmente y que orientaron sus carreras a la industria vitivinícola argentina.
Desde Bodega Luigi Bosca, saludamos en su día a todos los enólogos, mucho más que hacedores de vino.
“En los últimos años, el cambio más notorio en la figura del enólogo ha sido la búsqueda de la expresión pura del viñedo en el vino. En este sentido, el concepto de “menos es más” se ha instalado en la manera de pensar al momento de elaborar el vino. Este concepto se basa en buscar el punto de madurez exacto, lograr la extracción justa, el uso de la madera adecuada y el respeto por los tiempos del vino. Es una filosofía que se nutre de conocimiento y estudio, pero también de capacidad de observación y experiencia; creo que este ha sido el cambio más radical: nuestra manera de pensar”
Pablo Cúneo, Head Winemaker de Bodega Luigi Bosca