10 platos para acompañar los rosados de primavera
Los rosados de estilo actual probablemente sean los vinos más versátiles que existen para combinar con platos salados y dulces. Secos y refinados, delicados pero expresivos, refrescantes y con una acidez marcada, con carácter frutal y buen cuerpo; lo tienen todo para acompañar cada una de las instancias de una comida.
Sin embargo, hay preparaciones que por sus características maridan especialmente bien con su frescura y su espíritu vibrante. A continuación, nuestros elegidos para combinar con vinos rosados gastronómicos y elegantes, como Luigi Bosca Rosé.
Nigiris y sashimis de salmón: por el protagonismo del salmón, su sabor pronunciado y su textura inconfundible, estas piezas de sushi son ideales para combinar con un vino vibrante, refrescante y con buena acidez como un rosé contemporáneo.
Trucha patagónica: como sucede con otro tipo de alimentos grasos, el rosado también acompaña muy bien los pescados azules. Entre ellos, se destaca la trucha patagónica grillada, con un toque de romero y limón. Los sabores definidos y ácidos de este plato maridan muy bien con los rosados de estilo actual.
Rabas y chipirones fritos: por su sabor intenso, la sensación grasa que dejan en boca y su textura crocante por fuera y suave por dentro, las frituras de mar también combinan con rosados vivaces, refrescantes y con tensión en el paladar.
Pollo de campo a las hierbas: entre las aves, el pollo pastoril cocido al horno con hierbas es el gran acompañante de los vinos rosados. El sabor intenso y la firmeza de su carne requieren un vino ligero pero con cuerpo; por eso, mejor aún que un tinto joven, es optar por un rosado de Pinot Noir.
Bruschettas de jamón crudo: los rosé son mejores amigos de los alimentos salados. Por lo tanto, la combinación entre el crocante de la bruschetta, el sabor pronunciado del jamón crudo y la expresividad de los vinos rosados resulta en un acuerdo imperdible.
Pizza Margherita: el vino y la pizza son históricamente grandes aliados. La Margherita estilo napolitano, elaborada con tomate, mozzarella y albahaca fresca, es perfecta para combinar con un rosado seco, elegante, fresco y expresivo.
Los rosé son mejores amigos de los alimentos salados. Por lo tanto, la combinación entre el crocante de la bruschetta, el sabor pronunciado del jamón crudo y la expresividad de los vinos rosados resulta en un acuerdo imperdible.
Gambas al ajillo: por su untuosidad y su sabor definido, los langostinos con ajo, oliva y perejil picado conforman uno de los maridajes más deliciosos combinados con la frescura y la impronta frutal de los vinos rosados.
Pad Thai: al igual que sucede con otros platos de sabores intensos y pronunciados, típicos de la cocina tailandesa, el rosado es un gran aliado del pad thai con pollo o langostinos. Por el sabor especiado de esta preparación, el toque picante del pimiento rojo y el perfume de la lima, requiere de un vino fresco de acidez pronunciada como un rosé seco y elegante.
Cheesecake de frutos rojos: por su versatilidad, el rosado puede servirse desde el aperitivo hasta el postre. Para la sobremesa, la acidez y la cremosidad del cheesecake de frutos rojos marida muy bien con un rosado delicado, directo y de carácter frutal.
Crumble de manzana: otro de los postres frutales que pueden ser combinados con vinos rosados es el crumble, con el equilibrio justo entre la dulzura, el crocante y la acidez de las manzanas verdes. Si se lo acompaña con una bocha de helado, lo mejor será optar por una crema natural que no sea excesivamente dulce.