Este es el lugar donde los aromas frescos y las esencias frutales se entrelazan con la maestría viticultora, creando experiencias sensoriales que deleitan los sentidos.
Al adentrarnos en la bodega, nos sumergimos en el corazón mismo de la vinificación. La fermentación, etapa crucial, despierta la vida dentro de las uvas recién cosechadas. Los azúcares se convierten en alcohol, liberando ese bouquet característico que embriaga el ambiente. Es un momento de transición, donde la dulzura de la uva evoluciona hacia la complejidad de los sabores que definirán el vino.
Después de la etapa de vinificación, la crianza se erige como la pieza maestra que modela el destino final del vino, realzando su carácter frutal y otorgándole estructura y cuerpo. En este proceso, es esencial que la madera no eclipse la esencia de la fruta y el terroir, sino que actúe como un elegante acompañante.
En esta instancia, los enólogos degustan continuamente los vinos para finalizar su añejamiento en el momento justo y asegurar así la mayor expresión frutal y complejidad en los mismos.
El envejecimiento es un proceso lleno de misterio y paciencia, donde el arte y la ciencia se fusionan para dar vida a los vinos más extraordinarios, por eso es fundamental. Tomando como ejemplo la creación de nuestro vino más importante, Paraíso, en Luigi Bosca probamos más de 20 tonelerías y 100 tipos de barricas distintas hasta encontrar los perfiles aromáticos más refinados y elegantes.
Como embajadora de los vinos de lujo de Mendoza, Luigi Bosca acompaña la tendencia global de reducir el uso de barricas para que, a través de su goût de terroir, cada vino exprese su propia identidad y todo su potencial.
Como embajadora de los vinos de lujo de Mendoza, Luigi Bosca acompaña la tendencia global de reducir el uso de barricas para que, a través de su goût de terroir, cada vino exprese su propia identidad y todo su potencial. Para lograr un equilibrio armonioso, nos inclinamos hacia barricas de segundo uso, fusionando magistralmente el vino y la madera.
Los grandes vinos de las bodegas a nivel mundial suelen ser vinos de corte. Por este motivo, para hacer el blend final el equipo enológico escoge barricas que se destacan del resto por su nitidez, precisión aromática, intensidad y elegancia. Volviendo al ejemplo de nuestro vino Paraíso, se realizaron más de 10 sesiones de degustación hasta llegar al resultado final.
Para obtener un vino de la más alta calidad es sabido que el tiempo dedicado a la elaboración es clave. Un ejemplar de estas características necesita al menos 6 meses de estiba en bodega para ganar complejidad, carácter, armonía y elegancia, antes de salir al mercado.
En definitiva, explorar la bodega es sumergirse en la esencia misma de la creación del vino, que son el resultado de un proceso meticuloso, atento y -fundamentalmente- extenso que comienza en la finca y termina cuando una persona abre la botella y sirve una copa para degustar el resultado de todo este trabajo y dedicación.
