Históricamente, el prestigio de los grandes vinos europeos estuvo dado por el lugar en donde sus uvas crecen y son cosechadas, el sitio exacto en el que comienzan el arte y la ciencia que hacen a un ejemplar único en el mundo. Burdeos, Borgoña o La Toscana son solo algunas de las regiones que tienen protagonismo absoluto por sobre la variedad de uvas, el estilo de vino o el nombre de los enólogos que los elaboran. Pero con el correr del tiempo y el desarrollo de nuevas zonas vitivinícolas, en el Nuevo Mundo la palabra “terruño” también ganó fuerza como el auténtico factor diferencial entre los tintos y blancos.
En los últimos 20 años el terroir se convirtió en el concepto medular del mundo del vino a nivel mundial. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de un término muy complejo, ya que representa una interrelación entre diferentes factores: naturales, culturales y humanos. Esta combinación de elementos incluye desde las condiciones físicas y químicas del suelo, el clima, la altitud, las pendientes y las horas de luz solar, hasta el riego, la poda del follaje y la orientación de las plantas; es decir, todas las actividades humanas en el viñedo. El terruño es un espacio sobre el que se desarrolla un saber colectivo de las personas que cuidan las vides y hacen los vinos a través de su conocimiento y experiencia, con legados y tradiciones que se transmiten de generación en generación. La armonía de todos estos componentes, junto con el estudio del entorno y de cada parcela en la que se plantan los viñedos, permite obtener vinos irrepetibles, con carácter y personalidad: vinos de terroir.
Los vinos de Luigi Bosca siempre buscaron representar el terroir; la expresión de ese lugar diferente en el que nacen las uvas con las que se elaboran. Hay un concepto muy extendido en Francia que el Ing. Alberto Arizu suele usar para caracterizar a los vinos de la bodega: goût de terroir, que refiere al gusto único y singular del preciso lugar de donde provienen los frutos. Como variedad emblemática de la Argentina, el Malbec tampoco escapa a esta tradición de la familia Arizu.
Los vinos de Luigi Bosca siempre buscaron representar el terroir; la expresión de ese lugar diferente en el que nacen las uvas con las que se elaboran.
Los Malbec de Luigi Bosca y su goût de terroir
Cada población de Malbec tiene una característica determinada; es por eso que incluso dentro de los límites de un mismo terroir es posible hacer vinos muy distintos entre sí. Luigi Bosca elabora sus Malbec con uvas cosechadas en sus fincas de Luján de Cuyo y el Valle de Uco, las dos zonas más prestigiosas de Mendoza. Allí, esta variedad alcanza expresiones únicas e irrepetibles que reflejan de forma fiel el carácter del terruño en el que nacen.
Luigi Bosca De Sangre Malbec D.O.C. es el ejemplar arquetípico del Malbec de Luján de Cuyo y proviene de una selección de parcelas de diferentes viñedos implantados en distintas zonas de la región: Las Compuertas, Vistalba y Agrelo. Este vino tiene un perfil frutado y maduro porque sus vides, plantadas entre los 900 y los 1.100 metros sobre el nivel del mar, gozan de la protección de la Precordillera que los preserva del impacto de los vientos fríos provenientes de la Cordillera de los Andes durante su ciclo productivo.
En Las Compuertas, la parte más alta de la margen norte del río Mendoza (1050 m.s.n.m.), nace un vino de gran concentración cuya personalidad está sumamente influenciada por la altura: Finca Los Nobles Malbec. Además, en esta zona de suelos poco profundos con presencia de piedra y canto rodado el Malbec desarrolla gran carácter, madurez y materia colorante.
Por su parte, Luigi Bosca Malbec representa el Malbec de Mendoza, ya que está compuesto por uvas provenientes de Luján de Cuyo y del Valle de Uco. Tiene atributos de madurez, elegancia, suavidad y dulzura típicos de Luján; sumados a frescura, las notas florales, la tensión y el carácter vibrante del Valle de Uco.
Hacia el sur, en parcelas seleccionadas de nuestras fincas del Valle de Uco (Finca Los Miradores, situada en Los Árboles, y Finca Miralejos, emplazada en el Paraje Altamira), se origina el vino Luigi Bosca De Sangre Malbec Valle de Uco, un vino de taninos finos, gran acidez, firmeza y equilibrio, que representa de forma fiel la tipicidad que el Malbec desarrolla en el Valle.
Por último, Luigi Bosca De Sangre Malbec Paraje Altamira también es un vino sumamente influenciado por el terroir, ya que el suelo pedregoso con componentes calcáreos de Finca Miralejos se expresa de forma fiel en su característico aroma mineral. Su entrada en boca es fresca y vertical, de gran tensión y nervio, y acidez equilibrada que aporta fluidez; fiel al estilo del Valle de Uco.
