En el último tiempo, la industria vinícola ha sido testigo de una notable transformación, y gran parte de esta evolución se centra en el rol del enólogo. Anteriormente relegados al análisis de muestras dentro de un laboratorio, los enólogos ahora se han convertido en figuras imprescindibles en todas las bodegas del país. En la actualidad, estos profesionales no solo se limitan a sus tareas de laboratorio, sino que también recorren las fincas, exploran nuevos terruños e incluso mantienen un contacto directo con los medios de comunicación y los consumidores.
En otra época, el rol del enólogo se limitaba al análisis químico de muestras de uvas, mostos y vinos dentro de los límites de la bodega. No participaban en la poda, la cosecha ni en otras decisiones importantes tomadas en el viñedo. Sin embargo, en la actualidad los enólogos son los responsables principales de todo el proceso de elaboración. Pasan gran parte de su tiempo entre las vides, trabajando estrechamente con los agrónomos y tomando decisiones cruciales en todas las etapas del cultivo y producción del vino.
Muchas de estas nuevas tareas surgieron gracias al desarrollo de la ciencia y la tecnología, que han permitido mejorar el cultivo, la elaboración y la conservación del vino. Los avances en ciencias como la química, la microbiología, la genética, la climatología, entre otras, han sido claves para este nuevo rol, ya que les permite conocer y controlar mejor los procesos de fermentación, clarificación, filtración, estabilización, crianza o embotellado.
En la actualidad, los enólogos han ampliado significativamente su alcance y responsabilidades.
El enólogo en la actualidad: un papel protagónico e influyente
El papel del enólogo comienza en los viñedos, donde se encarga, junto con el equipo de campo, de seleccionar las mejores cepas para cultivar la variedad de uva pertinente y supervisar su cuidado y crecimiento. Además, debe prestar especial atención a factores como la madurez, el equilibrio de azúcares y la acidez de la uva. De esta forma, puede deducir la calidad de la añada, así como los tiempos de duración de las etapas del ciclo de vida de la vid. Es decir, puede determinar cuándo será la mejor fecha para proceder a la recogida del fruto: la vendimia.
La segunda etapa transcurre en la bodega. En este momento, el rol del enólogo es determinante, ya que la fermentación y crianza son procesos de gran importancia dentro de la producción del vino, que influyen decisivamente en sus características organolépticas.
Además de formar parte del proceso de elaboración y de tomar decisiones cruciales, el enólogo también es experto en catar y degustar vinos. De hecho, realiza catas constantes del vino para estudiar su progreso y determinar cuál es el equilibrio perfecto para esa variedad.
Roles modernos del enólogo:
En la actualidad, los enólogos han ampliado significativamente su alcance y responsabilidades. No solo están involucrados en la producción del vino dentro de la bodega, sino que también desempeñan un papel crucial en la promoción y comercialización de los productos.
Por ejemplo Pablo Cúneo, nuestro Head Winemaker, es una figura destacada en la escena internacional del vino. Viaja a ferias y eventos en todo el mundo, donde interactúa con importadores, compradores y periodistas. Además, dirige catas y es la cara visible de la bodega.
Pero su rol va más allá de la mera promoción y venta. Los enólogos también desempeñan un papel fundamental como comunicadores. Gracias a su profundo conocimiento del producto y su pasión por el vino, pueden transmitir de manera orgánica y natural la historia y la calidad detrás de cada etiqueta. Su objetivo es potenciar la experiencia del consumidor, ayudándoles a comprender y apreciar mejor el vino que están disfrutando.
De simples analizadores de muestras en los laboratorios de las bodegas, los enólogos han pasado a desempeñar un papel protagónico e influyente en todas las etapas de la producción del vino. Su conocimiento, experiencia y pasión son fundamentales para la calidad y el éxito de la industria vitivinícola argentina.
