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Maridajes con espumantes para esta temporada

Maridajes con espumantes para esta temporada.

Atrás quedaron aquellos días en los que los espumantes eran reservados únicamente para el momento del brindis, durante una celebración especial.

Atrás quedaron aquellos días en los que los espumantes eran reservados únicamente para el momento del brindis, durante una celebración especial. Por sus burbujas finas, su elegancia, su acidez pronunciada y su frescura, en los últimos años se instalaron entre los consumidores como ejemplares perfectos para acompañar todas las instancias de una comida.

El motivo principal es que los espumantes son, ante todo, muy versátiles. Este atributo les permite ser protagonistas en la mesa desde el aperitivo hasta el postre, y armonizar con platos de sabores muy diferentes entre sí. Las posibilidades son infinitas, solo es necesario atreverse a probar combinaciones diferentes e ir más allá en la búsqueda del acuerdo perfecto.

Como siempre que hablamos de espumantes, el primer punto a tener en cuenta al momento de pensar en estas combinaciones es el método de elaboración. Los vinos elaborados bajo el método Charmat son más ligeros y frutados, para beber como aperitivo o para acompañar comidas más casuales, como una ensalada o un sándwich de jamón crudo. En cambio, aquellos ejemplares elaborados a través del método Champenoise o tradicional -como los de Luigi Bosca- son más complejos en aromas y en boca. De acuerdo al tiempo que pasen sobre sus lías, combinan muy bien con ostras (los espumantes más filosos, de acidez más punzante) o con platos más untuosos y de sabores intensos, como el pato (para aquellos que pasan años en contacto con las levaduras).

Acompañar una comida de principio a fin

Por la diversidad de estilos que existen, los espumantes permiten acompañar cada paso de una comida. Debido a sus altos niveles de acidez, los ejemplares refrescantes, con burbujas finas e impronta frutal, como Luigi Bosca Extra Brut, son una elección muy atinada para beber como aperitivo. En esta instancia, es muy importante que el vino prepare el paladar y el apetito para lo que vendrá; pero también que permita acompañar appetizers como bruschettas con langostinos, sashimi de salmón, tartar de atún rojo o pinchos caprese.

Para armonizar con platos más contundentes, como un pescado azul grillado, ostras gratinadas o incluso un risotto de hongos, lo mejor es elegir espumantes con una complejidad mayor, como Luigi Bosca Bohème Brut Nature.

Para el momento de la entrada, si bien las opciones son incontables para todas existe un espumante acorde. Si este primer paso es de sabores intensos y untuosos, como frituras de mar o masas con mucho contenido de manteca (como filo u hojaldre), lo más adecuado es optar por un espumante con largo tiempo sobre lías que limpie la sensación grasa del paladar, como Luigi Bosca Brut Nature. En cambio, si la entrada es de sabores más bien ácidos y persistentes, como un tiradito o un ceviche, es posible continuar con el ejemplar de impronta frutal elegido para el aperitivo.

Ya en la instancia de los principales, hay dos caminos bien diferenciados de acuerdo al estilo de los platos en cuestión. Para un almuerzo frugal, con platos ligeros como tablas de sushi, ensaladas a base de salmón o sándwiches frescos, es recomendable optar por un vino de notas cítricas, florales y frutales, como Luigi Bosca Extra Brut. Este espumante también acompaña muy bien frutos de mar y fajitas de pollo con salsa picante.

Para armonizar con platos más contundentes, como un pescado azul grillado, ostras gratinadas o incluso un risotto de hongos, lo mejor es elegir espumantes con una complejidad mayor, como Luigi Bosca Bohème Brut Nature. Es muy importante no servir estos vinos helados, ya que con temperaturas tan bajas se pierde la complejidad característica de sus aromas y se perciben menos expresivos.
Para el postre, los espumantes secos y con rasgos muy marcados de frutas frescas y cítricas, como Luigi Bosca Extra Brut, acompañan muy bien preparaciones a base de crema y frutas con cierta acidez, como las frutillas y los frutos rojos. Para el pan dulce y las confituras que se suelen servir en las fiestas, como los turrones de almendras y el mazapán, es más adecuado volver a los ejemplares más complejos con notas que recuerdan a frutos secos y pan tostado, como Luigi Bosca Bohème Brut Nature.

Con incontables acuerdos para experimentar, los espumantes continúan afianzándose como vinos para beber todo el año acompañando una gran diversidad de platos y situaciones de consumo.

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